Días 57-60: Whitsundays y mi tortuga

Después de dos días en carretera y más de 900 kms por fin llegamos a Airlie Beach.

Las reinas del mambo de esta etapa son las islas Whitsunday dónde hicimos una excursión de un día. Se trata de un archipielago de 74 islas. Se llaman así porque cuando Coock pasó por el estrecho pensó justamente ser el primero y lo hizo el día de pentecostes (Whitsun en ingés) y, ya que tenía una fantasia apabullante, así bautizó el estrecho y consecuentemente las islas.

En el tour, adivina un poco, nos llovió a cántaros. Afortunadamente por la mañana tuvimos sol mientras hacíamos snorkel, el día en que yo me hice amiga de una tortuga y, consecuentemente, el MEJOR día del viaje!

Hicimos dos paradas en puntos distintos y la verdad es que ha sido tremendamente impactante ver tanta vida submarina, tantos colores…una pasada. Hay corales en forma de almohada que en unos puntos llegan a los dos metros o más, en las fotos no se aprecia lo grande que son. Cuando salía el sol entre las nubes literalmente explotaban los colores. Hemos incluso visto una almeja gigante que tendría un metro y pico de largo! (sin exagerar mucho).

Aquí hay que llevar un traje anti-medusas (básicamente un mono de Lycra), porque, ya sabes, puedes palmarla si no. Los más precabídos preguntarán por el dorso de los pies y la zona de la boca, a ellos les contesto que la gente se baña a pelo por aquí y que la dueña del Air b&b nos ha tomado el pelo a los europeos que venimos con las recomendaciones del ministerio de interior tatuadas. Su vida aquí no es una lucha por la supervivencia con un cuchillo en la boca matando serpientes, arañas y medusas que digamos.

Volviendo al tour: íbamos en una lancha neumática amarilla que a la vuelta ha literalmente surfeado las olas, Antonio se lo pasó como un enano, yo estaba agarrada a un palo como si de ello dependiera mi vida (como de facto ERA), no me explico como no haya tenido agujetas en los brazos.

El atractivo principal en término de playas es la Whiteheaven, no se puede explicar lo bonito que es el sitio. Lo de white, claro, es por la arena, sílice al 99%, una harina/arena. (M. sorry, no te puedes llevar arena de de estos sitios que te meten preso por menos de ná).

En cuanto la lancha ha echado el ancla…BOOOOOOOM liiitros de lluvia. Es un puto reloj suizo.

Aquí el sitio como lo hemos visto nosotros vs como es con el sol:

En todo caso tiene su encanto también así, el agua cristalina con centenares, CENTENARES, de rayas, los relámpagos y nosotros bañándonos en ese paraíso. Tuvimos la genial idea de ir al mirador en lo alto del “monte” descalzos, los pies hechos un Cristo, además llevábamos unos chubasqueros muy monos.

Para los amantes de la barrera coralina en el grupo del viaje, yo misma, hoy hemos sacado unas fotos en un mirador espectacular de donde se ve lo que se llama Black currant manta ray reef, y por algo será.  También hemos ido a ver una cascada sin agua, la única cosa molona eran las mini-ranas y luego hemos pasado la tarde en la piscina de la ciudad, muy guapa y gratúita!

Black currant manta ray reef
Black currant manta ray reef

Los días de Phnom Penh parecen otra galaxia.

 

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