Días 25-28: Tam Coc-Tràng An

Estamos en Tam Coc, un pueblín muy pequeño en oootra zona protegida por el UNESCO desde el 2014, la de Tràng An, en la provincia de Ninh Binh. El parque tiene dos ecosistemas principales: el de las montañas cársicas de piedra caliza y el ecosistemas acuático. 

Info útil: he aprendido a comer con palillos, incluso las cositas pequeñas tipo hojas y semillas y migas (estarás orgullosa de mi, K.)!

La guesthouse está en un sitio ideal, a 5 metros del lago y 10 de las montañas, rodeado por riachuelos, campos de arroz y muy pocos vehículos!!! Los campos de arroz no son un gran espectáculo en esta época del año, ya han recolectado y están inundados. El lado positivo es que las tierras se llenan de aves en busca de alimentos y es un verdadero espectáculo.

Foto de mylittleadventure.com

Del laguito del pueblo salen excursiones en barco a las grutas de los alrededores. La primera curiosidad: la forma de remar de las mujeres (porque son casi todas mujeres), mirad el vídeo!

Paseo en bici
Con el sol es otra cosa

Hemos alquilado unas bicis y dado paseos por los alrededores, subido el equivalente de 32 plantas para gozar de las vistas en Hang Múa, cruzado campos llenos de patos que estaban de barro hasta las trancas y cogido un nenúfar para mi herbario. Me he abalanzado sobre un estanque pútrido para coger la flor y al cortarla me ha salpicado agua pútrida en la cara (Casi me da un síncope D. y T.)

El segundo día ha sido el mejor probablemente. Hemos ido a Tràng An, el principal complejo paisajístico de la zona y nos hemos tropezado con ésto y de verdad no nos explicamos el porqué no haya nadie que haga couchsurfing aquí:

Tam Coc’s couchsurfing

En Tràng An había 3 posibles rutas, y hemos optado por la que nos habían recomendado en la guesthouse, que era la menos cotizada de las tres. Esto porque tiene muy pocas opiniones en google, lo abrieron al público en 2018.

Se trata de unas tres horas en barquito por los ríos y canales pasando por cuevas cársicas que conectan las dos vertientes de las montañas. La cueva más larga ha sido la Dot cave, de 1 km de largo! Tenía un techo hecho de estalactitas tan bajo que hemos tenido que agachar la cabeza más de una vez. Salir de la penumbra de la cueva al aire abierto ha sido espectacular!

La única pena ha sido no poder conducir nosotros el barquito y que tuviésemos un día nublado.

Antonio aporta este video porque considera su visión imprescindible para poder seguir:

El día siguiente otra vueltecita en bici. Hemos visitado una cueva en dos niveles y en cada nivel un templito, estaban conectados por una escalera interior escavada en la roca, tenía un no sé que de místico. La cueva de abajo tenía una boca muy grande y el templo la ocupaba toda aunque luego apenas tenía tres metros de fondo, lo importante es aparentar. El templito de arriba era una joyita perfectamente encajada en la gruta. 

Ese día conocimos a Rob, un sujeto muy especial. La verdad es que fue él el amable de la situación: nos vió dudar al entrar en un restaurante y nos captó, literalmente. Un ex marine, que tiene casas en EEUU, las alquila y se dedica a viajar con ese dinero. Es fotografo también y nos sacó un par de fotos bastante guapas. Le hemos caído bien gracias a mi camiseta de Walter White ya que el tiene un pedazo tatuaje del mismísimo Heissenberg en el gemelo: 

El último día el sol se ha dignado de salir, había menos humedad en suspensión y los paisajes eran aún más bonitos si cabe. En una de las fotos de ve a una señora remando con los pies y detrás de ella un rebaño entero de cigueñas con alas desplegadas tomando el sol.

 

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