Días 18-20: más Hanoi

Contratiempos puede haber, y ha habido. No podremos ir a Ha Giang, en las montañas (con las motos). Nos quedaremos en Hanoi hasta el 11. La ciudad nos flipa en realidad, así que poco mal y en todo caso mi marido, que de apellido se llama «prudencia», lo agradece.

Estamos descubriendo rincones nuevos y sus peculiaridades. Por ejemplo, el mismo medicamento puede costar 15.000 o 65.000 dongs dependiendo del lado de la calle donde estés. En el lado de los 15.000 nos hemos encontrado en un sitio surreal. Hemos tenido que esquivar centenares de motos para llegar a ver un mercado callejero, uno de los más humildes que haya visto. Era distinto a los de Camboya, había muchos animales vivos: gallinas, crustaceos, moluscos, peces y unas verduras espectaculares pero estaban directamente expuestos en el suelo. La alimentación es tan variada como los productos que se encuentran en los puestos de venta.

La quieres viva o troceada?

Hemos estado también en otro mercado con puestos de comida donde hemos visto que la gente se come los gusanos, y que los pomelos son «mu» grandes.

Por el mismo barrio de los pomelos hay un par de lagos preciosos, muy distintos entre si. El primero es muy vivo y muy residencial. El sábado por la mañana (y puede que otro día también pero nosotros lo vimos el sábado) la gente que vive en los alrededores está allí sentada en la acera, bajo los árboles. No hay ruidos ni coches y el tiempo pasa jugando al Xiangqi (ajedrez chino), a las catas, fumando pipas y charlando. Los edificios son, para variar, tremendamente fascinantes. Las casas coloniales y los clusters vietnamitas se enfrentan en esa proximidad estridente que tanto amo. Dentro de las manzanas las «calles» son tan estrechas que no penetra casi luz. Luego se abren plazas con juegos para los niños y vuelves a la luz y al color.

El segundo lago-parque es el Thong Nhat, uno de los más grandes en ciudad. Tiene una estetica agé espectacular, magnificada por el hecho que había diez personas en total en todo el lago. Los patines acuáticos en forma de cisnes con enormes pestañas dibujadas, todos arrinconados en una esquina sin nadie que los vigilara, ni nadie que los quisiera alquilar. Un trenecito oxidado, las verjas con motivos vegetales, una palomera y un edificio art nouveau… vamos, de película.

También hemos vivido otro finde en Hanoi y visto la ciudad transformarse por la noche. Mucha, mucha, gente y también mucha, mucha, música hortera. Aquello parecía una feria de pueblo (o la festa di santa Nicola). En el medio de la baraunda hemos estado sentados en los taburetitos cenando, mientras se llevaba a cabo en la acera de al lado una escrupulosa limpieza de las vajillas. He entendido también otra cosa: si sales el sabado noche y no llevas falda no eres nadie. Si eres tío se te perdona.

Y ahora unas poquitas fotos, las mas bonitas de estos días para mi.

Bajo petición de la más fiel lectora, después de mi madre, voy a contar un par de cosas que tienen que ver con el idioma vietnamita y su historia. Es curioso, lo prometo. Es el único idioma de los paises asiáticos que utiliza un alfabeto basado en el alfabeto latino, con varias letras con acentos, inventado por un lexicógrafo francés. Es tremendamente práctico para nosotros poder pedir comida sin entender lo que estamos pidiendo. En algunos casos, por ejemplo en los templos, nos hemos encontrado con textos escritos con caracteres chinos. 

He descubierto que las raíces dei idioma estan en Vietnam del norte. Con la conquista de las tierras que hoy corresponden a Vietnam centro y sur, la lengua se hibridó con los idiomas indios y malayo-polinesios, autóctonos de estas zonas. Cuando China conquistó Vietnam impuso el uso de su idioma y su sistema de escritura en ámbito administrativo y en las clases dirigentes. El vietnamita vernacular se mantuvo, aunque se empezó a escribir con caracteres chinos (los que hemos visto en los templos!). 

La introdución del alfabeto romanizado se debe a los misioneros portugueses del XVII con sus acciones para convertir fieles malos en fieles buenos (cristianos) e instaurar rutas comerciales. Fue a mediados del siglo XIX cuando el alfabeto se difundió por mano de los franceses. Cảm ơn por haber leído la chapa!

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